Diversos hechos delictivos registrados en las últimas semanas están afectando las operaciones de Aguas Antofagasta y poniendo en riesgo la continuidad del servicio de agua potable en la región. El más reciente ocurrió este fin de semana, cuando desconocidos sustrajeron un medidor eléctrico desde la Planta Elevadora Bonilla, provocando un incendio en un transformador que dejó sin energía a la instalación. El incidente, que requirió la intervención de Bomberos y Carabineros, comprometió el funcionamiento de los estanques Balmaceda, Prat y Bonilla, los cuales abastecen a más de 44 mil personas del sector centro norte de Antofagasta. Gracias a la activación del Comité de Emergencias y a los planes de continuidad implementados por la empresa, se realizaron maniobras que permitieron mantener el suministro estable para los vecinos. “Durante los últimos dos meses hemos sufrido diversos actos como el ocurrido este fin de semana y que habla de los riesgos y la inseguridad que enfrentamos como empresa frente a la delincuencia. Hemos tomado múltiples acciones como el incremento del personal de seguridad, implementamos cámaras de vigilancia y sensores, aumentamos rondas de vigilancia y mantenemos un permanente contacto con las policías, pero no ha sido suficiente. Si bien estos hechos no han derivado en cortes de suministro, gracias a los planes de contingencia para la continuidad, lo cierto es que el riesgo que enfrentamos, constantemente, es real”, señaló Álvaro Alfaro, director de Emergencias de la sanitaria. A este robo se suma la sustracción de cables eléctricos desde la Planta Desaladora Antofagasta en agosto de este año, hecho que dejó sin operación a tres módulos del recinto. La situación exigió un esfuerzo operacional importante para evitar una discontinuidad en el suministro, aunque la investigación no ha permitido identificar a los responsables. Otro foco de preocupación para la empresa es el permanente robo de agua potable directamente desde las redes. Si bien existen causas judicializadas, aún no hay resoluciones concretas para poner fin a la extracción ilegal, que afecta principalmente a la aducción Cerro Moreno, en el sector La Chimba, y que abastece a la comuna de Mejillones. “La sustracción y venta ilegal de agua es un hecho que nos mantiene alerta, específicamente para lo que corresponde a la red del sector norte y que abastece directamente a Mejillones. En esta área tenemos una alta presencia de campamentos, tomas industriales y también personas ilegalmente establecidas e identificadas que se dedican exclusivamente a robar y comercializar el agua que ya no es potable. Las denuncias están en los canales legales correspondientes y esperamos que esta situación pueda resolverse satisfactoriamente, ya que en cualquier momento pueden generar un daño masivo debido a la sobre presión en la aducción”, explicó Alfaro. Durante la primera semana de octubre, delincuentes realizaron además la desconexión y conexión ilegal de una reductora de presión en Antofagasta con el fin de sustraer agua potable. La sanitaria logró atender rápidamente la emergencia, evitando un corte de suministro que habría afectado a más de 3.200 clientes. Aguas Antofagasta informó que se mantiene en contacto con las autoridades para abordar esta problemática, que también incluye robos de tapas de alcantarillado y medidores. La empresa hizo un llamado a denunciar estos hechos y a trabajar en conjunto para enfrentar la delincuencia que amenaza el suministro de agua potable en la región.
La Central de Alarmas de Bomberos de Antofagasta despachó la tarde de hoy a las unidades B-3, B-4 y M-1 hasta la intersección de Alfonso Meléndez con Ramadita, producto de un incendio declarado en una vivienda del sector. El siniestro afectó un total de cinco inmuebles, de los cuales dos resultaron con daños totales y tres con daños parciales, producto de la acción del fuego y el agua. En las viviendas con pérdida total se registran seis adultos y un menor damnificados. Previo a la llegada de personal de Bomberos, tres personas fueron trasladadas a un consultorio cercano con quemaduras menores. Gracias a la labor de 6 compañías despachadas más un carro aljibe, la emergencia se encuentra actualmente controlada, mientras se realizan trabajos de remoción y seguridad en el lugar. En paralelo, el Departamento de Investigación de Incendios de Bomberos de Antofagasta ya se encuentra desarrollando las pericias correspondientes para determinar las causas del siniestro.
Un incendio registrado durante la madrugada de este martes en el sector alto de Antofagasta dejó un saldo preliminar de seis personas damnificadas y tres viviendas afectadas, según informaron las autoridades. La emergencia se originó en una vivienda ubicada en la intersección de Avenida Padre Hurtado con 1 Norte, lo que motivó la rápida respuesta del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta. De acuerdo con la Central de Alarmas, inicialmente fueron despachadas las unidades BX-4, B-6 y Q-2. Ante la magnitud del siniestro, se declaró la primera alarma de incendio y se sumó la unidad B-3. Una de las viviendas resultó dañada directamente por las llamas, mientras que las otras dos fueron afectadas por la radiación térmica y el agua utilizada durante las labores de control.
Diversos hechos delictivos registrados en las últimas semanas están afectando las operaciones de Aguas Antofagasta y poniendo en riesgo la continuidad del servicio de agua potable en la región. El más reciente ocurrió este fin de semana, cuando desconocidos sustrajeron un medidor eléctrico desde la Planta Elevadora Bonilla, provocando un incendio en un transformador que dejó sin energía a la instalación. El incidente, que requirió la intervención de Bomberos y Carabineros, comprometió el funcionamiento de los estanques Balmaceda, Prat y Bonilla, los cuales abastecen a más de 44 mil personas del sector centro norte de Antofagasta. Gracias a la activación del Comité de Emergencias y a los planes de continuidad implementados por la empresa, se realizaron maniobras que permitieron mantener el suministro estable para los vecinos. “Durante los últimos dos meses hemos sufrido diversos actos como el ocurrido este fin de semana y que habla de los riesgos y la inseguridad que enfrentamos como empresa frente a la delincuencia. Hemos tomado múltiples acciones como el incremento del personal de seguridad, implementamos cámaras de vigilancia y sensores, aumentamos rondas de vigilancia y mantenemos un permanente contacto con las policías, pero no ha sido suficiente. Si bien estos hechos no han derivado en cortes de suministro, gracias a los planes de contingencia para la continuidad, lo cierto es que el riesgo que enfrentamos, constantemente, es real”, señaló Álvaro Alfaro, director de Emergencias de la sanitaria. A este robo se suma la sustracción de cables eléctricos desde la Planta Desaladora Antofagasta en agosto de este año, hecho que dejó sin operación a tres módulos del recinto. La situación exigió un esfuerzo operacional importante para evitar una discontinuidad en el suministro, aunque la investigación no ha permitido identificar a los responsables. Otro foco de preocupación para la empresa es el permanente robo de agua potable directamente desde las redes. Si bien existen causas judicializadas, aún no hay resoluciones concretas para poner fin a la extracción ilegal, que afecta principalmente a la aducción Cerro Moreno, en el sector La Chimba, y que abastece a la comuna de Mejillones. “La sustracción y venta ilegal de agua es un hecho que nos mantiene alerta, específicamente para lo que corresponde a la red del sector norte y que abastece directamente a Mejillones. En esta área tenemos una alta presencia de campamentos, tomas industriales y también personas ilegalmente establecidas e identificadas que se dedican exclusivamente a robar y comercializar el agua que ya no es potable. Las denuncias están en los canales legales correspondientes y esperamos que esta situación pueda resolverse satisfactoriamente, ya que en cualquier momento pueden generar un daño masivo debido a la sobre presión en la aducción”, explicó Alfaro. Durante la primera semana de octubre, delincuentes realizaron además la desconexión y conexión ilegal de una reductora de presión en Antofagasta con el fin de sustraer agua potable. La sanitaria logró atender rápidamente la emergencia, evitando un corte de suministro que habría afectado a más de 3.200 clientes. Aguas Antofagasta informó que se mantiene en contacto con las autoridades para abordar esta problemática, que también incluye robos de tapas de alcantarillado y medidores. La empresa hizo un llamado a denunciar estos hechos y a trabajar en conjunto para enfrentar la delincuencia que amenaza el suministro de agua potable en la región.
La Central de Alarmas de Bomberos de Antofagasta despachó la tarde de hoy a las unidades B-3, B-4 y M-1 hasta la intersección de Alfonso Meléndez con Ramadita, producto de un incendio declarado en una vivienda del sector. El siniestro afectó un total de cinco inmuebles, de los cuales dos resultaron con daños totales y tres con daños parciales, producto de la acción del fuego y el agua. En las viviendas con pérdida total se registran seis adultos y un menor damnificados. Previo a la llegada de personal de Bomberos, tres personas fueron trasladadas a un consultorio cercano con quemaduras menores. Gracias a la labor de 6 compañías despachadas más un carro aljibe, la emergencia se encuentra actualmente controlada, mientras se realizan trabajos de remoción y seguridad en el lugar. En paralelo, el Departamento de Investigación de Incendios de Bomberos de Antofagasta ya se encuentra desarrollando las pericias correspondientes para determinar las causas del siniestro.
Un incendio registrado durante la madrugada de este martes en el sector alto de Antofagasta dejó un saldo preliminar de seis personas damnificadas y tres viviendas afectadas, según informaron las autoridades. La emergencia se originó en una vivienda ubicada en la intersección de Avenida Padre Hurtado con 1 Norte, lo que motivó la rápida respuesta del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta. De acuerdo con la Central de Alarmas, inicialmente fueron despachadas las unidades BX-4, B-6 y Q-2. Ante la magnitud del siniestro, se declaró la primera alarma de incendio y se sumó la unidad B-3. Una de las viviendas resultó dañada directamente por las llamas, mientras que las otras dos fueron afectadas por la radiación térmica y el agua utilizada durante las labores de control.